Es reflexionar adecuadamente antes de tomar cualquier decisión, decidir y actuar con base en lo reflexionado.
Por ejemplo, es imaginar o calcular las consecuencias de invertir en acciones de una determinada compañía o de comprar algo, antes de hacerlo o decidirlo; la prudencia ayuda a decidir lo que sea más conveniente, sin causar daño a los demás, y actuar de acuerdo con lo decidido.
¿Cuáles son los beneficios de actuar con Prudencia?
- Sentimos tranquilidad y paz.
- Tenemos éxito en lo que hacemos.
- Evitamos accidentes.
- Evitamos pérdidas.
- Asumimos riesgos calculados.
¿Cómo podemos practicar la Prudencia?
- Recogiendo información de nuestros profesores, padres de familia, expertos o personas mayores.
- Analizando la información recogida y eligiendo lo que es bueno para nuestra vida.
- Identificando las consecuencias buenas o malas para nosotros mismos o para los demás.
- Actuando o dejando de actuar, con base en lo que se haya consultado y analizado.
¿Cuáles habilidades nos ayudan a actuar con Prudencia?
- Saber observar bien: quien se detiene a observar, podrá reconocer lo bueno y lo malo.
- Ser objetivo: saber distinguir entre lo que sucede y lo que dice la gente que sucede.
- Enfocarse: Saber distinguir entre lo que es importante y lo que no lo es.
- Investigar: Saber buscar bien la información que me permitirá decidir bien.
- Imaginar: visualizar las posibles consecuencias de algo que van a decidir.
- Controlar: saber dominar impulsos o enojos para ver con serenidad la realidad.
Hazte el hábito, siempre que vayas a hacer algo, antes de tomar una decisión, pensar acerca de lo bueno y lo malo de cada opción. Si eres creyente, piensa "¿Qué es lo que a Dios le gustaría que hiciera yo ahora?"
¡Así lograrás actuar siempre con Prudencia!