Yo llevaba $20.000.
Lo que compré me costó $12.000; al momento de pagar la señora de la caja me cobró los $12.000 que había costado lo que compré, yo le entregue los $20.000 que traía, pero por alguna razón ella se confundió y en vez de darme $8.000 de vueltos, me entregó los $20.000 que le dí mas los $12.000 que costó lo que compré, es decir me entregó $32.000.
Yo no revisé los vueltos confiando en que lo que me dieron era lo que realmente me había quedado de plata.
Cuando llegué a mi casa fui a dejar los vueltos en la mesa, entonces decidí contarlos y fue cuando me dí cuenta de que había traído mas plata de la que había llevado.
No puedo mentir en que lo pensé si devolver la plata o no, pero de todas formas lo hice, regresé a la panadería y le conté a la cajera lo sucedido, acerca de que se equivoco y me entrego mas plata de la que había llevado.
Creí que era lógico que la cajera me agradeciera por haber devuelto la plata y no haberla "robado", pero la verdad es que no me dio ni un simple gracias, solo recibió la plata y siguió atendiendo a sus clientes.
Lo que quiero dejar como moraleja de esta pequeña historia es que debemos ser honestos sin recibir nada a cambio, es decir que si por ejemplo nos encontramos una billetera con mucho dinero, tengamos el valor de devolverla sin esperar una recompensa.
Juan: Felicitaciones porque se necesita una conciencia limpia para devolver el dinero que se ha recibido de más; felicitaciones porque también se necesita humildad para aceptar sin amargura la ingratitud de los demás. Has escrito un excelente comentario que, más que un post, es una lección de vida.
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